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Museo Histórico Nacional

4 de marzo de 1811: Muerte de Mariano Moreno

Tras la deposición del Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y la formación de la Primera Junta y tal como se resolvió por el Cabildo, era necesario convocar a diputados de las ciudades del interior a fin de constituir un Congreso General de los Pueblos que resolviese sobre la situación política imperante.

Sin embargo, en la circular de la Junta del 27 de mayo se disponía que los diputados del interior se incorporarían a la Junta a medida que llegasen a la capital. Esta contradicción terminó por generar la situación en la cual el Secretario Mariano Moreno hubo de presentar su renuncia al cargo, en la medida en que la mayoría de la Junta resolvió que los diputados electos se integrasen a la misma, acto que Moreno consideraba contrario al derecho.
Mariano Moreno consideraba que los diputados provinciales debían constituir un Congreso y por ende, se oponía a que estos representantes se incorporaran a la Junta de Gobierno
El 22 de enero de 1811 se alejó de Buenos Aires, en una pequeña embarcación rumbo a La Ensenada y allí trasbordó – el 24 de enero- a la fragata inglesa La Fama, la que partió de inmediato. Fue acompañado por su hermano Manuel y Tomás Guido, en carácter de secretarios.
Transcribimos la forma en que su hermano Manuel describió la muerte de Mariano Moreno, de la que fue testigo presencial:
“Desde antes de embarcarse, la salud del doctor Moreno se hallaba grandemente injuriada por la incesante fatiga en los asuntos públicos. (…) Debilitado su sistema, sufrió un mareo demasiado fuerte, después del cual cayó en una languidez tan profunda que le fue imposible sostener las incomodidades anexas a una navegación penosa. Esta deplorable situación se aumentaba con la total falta de medicinas en que se hallaba el barco. Más sus continuados padecimientos no le impedían el volver incesantemente su vista hacia su amada patria; y el estado en que la había dejado no podía separarse un instante de su consideración.
(…)
El doctor Moreno vio venir su muerte con la serenidad de Sócrates. Ya a los principios de la navegación, le pronosticó su corazón este terrible lance. No se que cosa funesta se me anuncia en mi viaje, nos decía con una seguridad que nos consternaba. No pudiendo proporcionarse ninguno de los remedios del arte, ya no nos quedaba otra esperanza de conservar sus preciosos días, que en la prontitud de la navegación; más por desgracia tuvimos ésta extraordinariamente morosa, y todas las instancias hechas al capitán para que arribase al Janeiro o al cabo de Buena Esperanza, no fueron escuchadas.
(…)
Su último accidente fue precipitado por la administración de un emético que el capitán de la embarcación le suministró imprudentemente y sin nuestro conocimiento.
A esto siguió una terrible convulsión que apenas le dio tiempo para despedirse de su patria, de su familia y de sus amigos. Aunque quisimos estorbarlo, desamparó su cama ya en este estado, y con visos de mucha agitación: acostado sobre el piso solo de la cámara, se esforzó en hacernos una exhortación admirable de nuestros deberes en el país en que íbamos a entrar, y nos dio instrucciones del modo como debíamos cumplir los encargos de la comisión, en su falta. Pidió perdón a sus amigos y enemigos de todas sus faltas; llamó al capitán y le recomendó nuestras personas; a mi en particular me encomendó con el más vivo encarecimiento, el cuidado de su esposa inocente; con este dictado la llamó muchas veces. El último concepto que pudo producir, fueron las siguientes palabras: ¡Viva mi patria, aunque yo perezca!. Ya no pudo articular más. Tres días estuvo en esta situación lamentable: murió el 4 de marzo de 1811, al amanecer, a los veintiocho grados, veintisiete minutos Sur de la línea, en los 31 años, 6 meses y un día de edad. Su cuerpo fue puesto en la mar, a las cinco de aquella misma tarde, después de haberle tributado las demostraciones compatibles con nuestra situación. La bandera inglesa a media asta, y las descargas de fusilería anunciaron a las otras fragatas del convoy, la desgracia sucedida en la nuestra, y el cadáver estuvo expuesto todo aquel día sobre la cubierta, envuelto también en la bandera inglesa.”
Título: "Últimos momentos del Dr. Mariano Moreno"; Autor: Querciola, Egidio; Fecha de ejecución: 1912; Técnica: óleo sobre tela; Dimensiones: 1.17 x 1.67 mt
FUENTE: MORENO, Manuel; “Vida y Memorias del Doctor Don Mariano Moreno. Secretario de la Junta de Buenos Aires” (escritas en 1812) en “Biblioteca de Mayo. Colección de Obras y Documentos para la Historia Argentina”, Bs As, Senado de la Nación, 1960, Tomo II Autobiografías, pp 1282-1284.