“Para corregir esta fantasía de artista manco, había en la antesala con linda chimenea, una acuarela de cierto mérito. La joven que representaba, finalmente entonces, de vestido blanco, con mangas infladas, escotada, con reloj en larga cadena y magno peinetón calado – de esos que inventó Masculino, exagerando la peineta española para salir de un lote de grandes hojas de carey-, era mi madre y el niñito rubio que la acompaña, este muy atento servidor de ustedes, a los tres abriles.Su autor: el señor don Carlos Pellegrini, ingeniero. Más tarde las facciones frescachonas de la joven se afinaron con el desarrollo sexual, acentuándose el perfil griego a los veintidos años”.
FUENTE: MANSILLA, Lucio V.; “Mis Memorias. Infancia – Adolescencia”, CM Editores, Bs As, 2006, p 90.