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Museo Histórico Nacional

Columna procedente de las Misiones Jesuíticas

Esta columna se encuentra exhibida en una de nuestras salas, y contiene varios elementos que reflejan algunas alegorías bíblicas.

“La representación de la viña tiene un sentido análogo al del árbol de la vida y en las tradiciones de ciertos pueblos es también el de la ciencia. Su significado más claro y difundido alude a la vida y a la fecundidad. En el Antiguo Testamento son frecuentes las alusiones a la vid: uno de los bienes más preciados del hombre en el Primer Libro de Reyes (21,7); una esposa fecunda (Salmo 128,3); en el poema de Isaías, 5, 'compuesto por el profeta al comienzo de su ministerio, probablemente basándose en alguna canción de vendimia. El tema de la viña de Israel elegida y luego repudiada, esbozado ya por Oseas, lo repetirá Jeremías'. También transmite un mensaje mesiánico en los libros de Miqueas y Zacarías y Jesús se llama vid a Sí mismo y sarmientos a sus discípulos (Jn, 15). En el libro de Mateo hay una alusión directa al Reino de los Cielos como una viña cuyo dueño es el Señor, el cual llama a los operarios según las horas del día. El topos de la viña pasó a la literatura medieval, lo mismo que el símbolo del árbol. Los árboles de las órdenes religiosas proliferaron en viñetas y estampas, pasando a integrar la temática de la pintura colonial y en algunos casos (…) se optó por el símil de la viña”.
FUENTES: JAUREGUI, Andrea; “Advocaciones” en SCHENONE, Héctor; “Iconografía del Arte Colonial: Santa María”, Educa, Bs. As., 2008, pp 343-344.
“Uvas: Frecuentemente en forma de racimos, simbolizan a la vez la fertilidad (por su carácter frutal) y el sacrificio (por el vino, en especial si es de color de sangre) (…)
Vid: Así como la uva tiene un doble significado de sacrificio y fecundidad, el vino aparece con frecuencia simbolizando la juventud y la vida eterna. El ideograma superior de la vida fue, en los orígenes, una hoja de parra. Según Eliade, a la Diosa Madre se le dio primitivamente el nombre de “Diosa cepa de vid”, representando la fuente inagotable de creación natural”; CIRLOT, Juan Eduardo; “Diccionario de Símbolos”, Editorial Labor, S.A., Colombia, 1994, pp 454 y 462.