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Museo Histórico Nacional

Un poncho con historia

Conocé cómo llegó este poncho a manos de Lucio V. Mansilla y luego a la colección del Museo.

El poncho es una prenda que puede servir para diversas cosas. Como dice el historiador Juan Carlos Garavaglia, puede servir de manta, rebozo, cojín, recado de montar, protege del agua y del frío. Tal vez por eso, es que el poncho ha tenido una larga vida en las sociedades campesinas. Es difícil saber desde cuándo existe y dónde surgió. Pero esta prenda sencilla, simplemente un rectángulo con un agujero en el centro para introducir la cabeza y dejar que caiga hacia los lados la tela, protege la espalda y el pecho de quien la usa. 

La colección del Museo Histórico Nacional tiene veinticinco ponchos de diferentes regiones del territorio argentino. 

De izquierda a derecha: poncho de algodón de Juan Bautista Thorne, poncho de lana de Juan Manuel de Rosas y poncho de algodón bordado en lana de Juan Francisco Seguí.

Los ponchos sureños de raíces indígenas en general se los denomina pampas. En muchos de ellos, cada una de sus partes muestran de forma simbólica los atributos de su dueño, según los códigos propios de cada grupo indígena. Uno de los ponchos pampas que hay en el Museo es el que perteneció a Lucio V. Mansilla. Él mismo lo donó al fundador y primer Director del Museo, Adolfo P. Carranza. Este poncho se lo obsequió a Mansilla el cacique ranquel Mariano Rosas. En la carta de donación, escrita el 5 de octubre de 1909, Mansilla señala de puño y letra: “Ahí va la encomienda, el poncho-pampa tejido por la mujer de Mariano Rozas. El ribete de la boca y de lo demás no es, como verá, obra pampa. Se lo puse para evitar que se desflecara”.

Esta carta de donación pertenece al Archivo del Museo Histórico Nacional.

Hacia 1870, Lucio V. Mansilla, comandante de frontera, escritor y sobrino de Juan Manuel de Rosas, escribió una serie de cartas desde las tierras de Mariano Rosas que luego se compilaron en el libro Excursión a los indios ranqueles. La experiencia de Mansilla deja una valiosa crónica acerca de la vida de estos hombres y mujeres, el importante culto al caballo y el arte del tejido. De los múltiples usos que da este pueblo a los ponchos, Mansilla destaca el prestigio de los ponchos de los caciques. La historiadora Ruth Corcuera también señala la importancia de los ponchos: “eran una prenda de identidad, las tribus tenían su divisa en los diseños (…) La excelente confección de un poncho otorgaba prestigio a la tejedora, compartido por el grupo social”.

El poncho que perteneció a Lucio V. Mansilla. 

Posiblemente, el poncho que Mansilla donó al Museo es el poncho al que hace referencia en su libro plasmando un diálogo entre el cacique Mariano Rosas y él mismo:

“Iba a salir del toldo; me llamó y sacándose el poncho pampa que tenía puesto, me dijo, dándomelo.

-Tome, hermano, úselo en mi nombre, es hecho por mi mujer principal.

Acepté el obsequio que tenía una gran significación y se lo devolví, dándole yo mi poncho de goma

Al recibirlo, me dijo:

-Si alguna vez no hay paces, mis indios no lo han de matar, hermano, viéndole ese poncho.

-Hermano -le contesté-: si algún día no hay paces y nos encontramos por ahí, lo he de sacar a usted por esa prenda.

La gran significación que el poncho de Mariano Rosas tenía, no era que pudiera servirme de escudo en un peligro, sino que el poncho tejido por la mujer principal, es entre los indios un gaje de amor, es como el anillo nupcial entre los cristianos.

Cuando salí del toldo y me vieron con el poncho del cacique, una expresión de sorpresa se pintó en todas las fisonomías.

La gente de palacio se mostró más atenta y solícita que nunca. ¡Pobre humanidad!”

Según las costumbres indígenas, la autoridad del cacique se basa en su generosidad. Cuando Mariano Rosas le regaló a Mansilla el poncho tejido por su mujer principal no sólo estaba otorgándole inmunidad en su viaje de vuelta, también lo estaba obligando a cumplir con lo pactado entre ellos. 

En el mes de abril contamos la historia de algunos de los ponchos que conserva el Museo en nuestras redes sociales. Pueden conocer acá la historia del poncho de San Martín, Lavalle y el de Juan Manuel de Rosas